Definiendo la profundidad de campo
Si tuviéramos que dar una definición para el concepto de profundidad de campo, ésta podría ser; La profundidad de campo es la distancia entre el elemento en foco más cercano a la cámara y el elemento en foco más alejado de la cámara. En resumen, es el espacio que cubre la parte enfocada de la imagen. La profundidad de campo se utiliza principalmente para enfocar la atención del espectador en un punto específico del cuadro.
Por ejemplo, imaginemos que tenemos una imagen en la que hay una mujer en una habitación, sólo la vemos a ella y el fondo es borroso. No vemos claramente el entorno circundante. En este caso, estaríamos hablando de que la imagen tiene poca profundidad de campo. Si, por otro lado, podemos ver perfectamente tanto a la mujer como al fondo, estaríamos hablando de mucha profundidad de campo. Aquí podemos ver los detalles de la pared, el sofá, etc.
4 factores para obtener más o menos profundidad de campo
Cuando se trata de conseguir que una imagen tenga más o menos profundidad de campo dependeremos de cuatro factores:
El tamaño del sensor de la cámara, es decir, la superficie en la que se formará la imagen. Este mayor o menor tamaño también influirá en la cantidad de luz que la cámara puede capturar.
La longitud focal o lo que es lo mismo la distancia entre el punto focal (o enfoque) y el centro óptico de la lente. Por lo tanto, el ojo de pez permite un ángulo de visión muy grande y una profundidad de campo muy grande. Por el contrario, un teleobjetivo, con un ángulo de visión más estrecho, tiene una menor profundidad de campo.
El diafragma es otro factor a tener en cuenta. Cuanto más abierto sea el diafragma, menor será la profundidad de campo y viceversa.
Distancia entre el sujeto/objeto enfocado y la cámara. Si el sujeto enfocado está muy cerca de la cámara, la profundidad de campo es menor. Por el contrario, si el sujeto enfocado está muy lejos, la profundidad de campo será mucho mayor.
¿Para qué se utiliza la profundidad de campo?
Como se ha mencionado anteriormente, se utiliza para dirigir la atención del espectador. Pero no es su único uso. También permite otros efectos. Por ejemplo, cuando cambiamos el enfoque estamos haciendo que la atención del espectador vaya de una parte de la imagen a otra. De esta manera, estamos creando movimiento dentro de un cuadro, sin necesidad de mover la cámara.
Otra posibilidad es enfocar un objeto, con el fondo desenfocado y hacer que los personajes hablen desenfocados. Esto da mucho juego cuando se cuenta una historia.
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